Buenos Aires. El presidente Javier Milei volvió a marcar un antes y un después en la política argentina con un recital multitudinario en el Movistar Arena, donde miles de militantes libertarios —las autodenominadas Fuerzas del Cielo— colmaron el estadio para celebrar el lanzamiento de su nuevo libro, La construcción del milagro, en una jornada que combinó política, emoción y rock nacional.
Pasadas las 20.30, con el estadio en penumbras y una energía eléctrica en el aire, comenzó a sonar Gonna Fly Now, el himno de Rocky. En ese instante, el público estalló: banderas violetas, carteles de “Viva la libertad, carajo” y un grito ensordecedor que acompañó la entrada del Presidente entre la multitud. Cuando el shofar —símbolo espiritual de la épica libertaria— marcó su llegada al escenario, Panic Show de La Renga tronó en los parlantes, y el estadio rugió.
“Quiero darle las gracias a las Fuerzas del Cielo —dijo Milei visiblemente emocionado—, porque la victoria en la batalla no depende de la cantidad de soldados, sino de las fuerzas que vienen del Cielo”.
El show se transformó en un recorrido musical cargado de simbolismo: Demoliendo Hoteles de Charly García, El rock del gato de Los Ratones Paranoicos, Blues del equipaje de La Mississippi y una encendida versión de No me arrepiento de este amor, en la versión punk de Attaque 77. Pero el momento más emotivo llegó con Libre de Nino Bravo, donde Milei alzó su voz para recordar “la caída del Muro de Berlín y el fin del comunismo”.
En un gesto de rebeldía pura, el mandatario reversionó Tu vicio —también de Charly García— gritando: “¡Soy un liberal!”. A su lado, la banda estuvo integrada por colaboradores cercanos, entre ellos los diputados nacionales Lilia Lemoine y Alberto ‘Bertie’ Benegas Lynch, que acompañaron con entusiasmo el espectáculo.
Libertad, música y militancia
El público no dejó de vibrar ni un segundo. Las tribunas enteras retumbaban al grito de “¡Libertad, libertad, libertad!”, mientras Milei mezclaba consignas políticas con riffs de guitarra. Hubo también lugar para la ironía política: el estadio entero coreó “Cristina tobillera” y “Y ya lo ve, y ya lo ve, es para Cristina que lo mira por TV”, a lo que el Presidente respondió entre risas: “¡Desde su prisión domiciliaria!”.
El acto fue mucho más que un recital: fue una demostración de fuerza, una reafirmación de la mística libertaria que sigue creciendo en todo el país. En tiempos donde muchos intentan desgastar el cambio, Milei volvió a dejar claro que el motor de su movimiento sigue intacto: la pasión por la libertad y la convicción de que el milagro argentino ya está en marcha.